“Amamantar y trabajar: ¡hagamos que sea posible!”. Ese es el lema para este año de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, la que se celebra cada primera semana de agosto, con el apoyo de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la UNICEF y diversas instituciones gubernamentales y agrupaciones de la sociedad civil alrededor del mundo.
Este año se quiere concientizar sobre el derecho de las mujeres a compatibilizar la lactancia con el trabajo, generando instancias en los lugares de trabajo para que puedan amamantar a sus hijos, entendiendo que es fundamental para el crecimiento y desarrollo de la primera infancia.
Según datos de la OMS, más de 500 millones de mujeres trabajadoras no se benefician de medidas de protección de la maternidad. Tan solo el 20% de los países exigen a los empleadores que ofrezcan a las empleadas pausas remuneradas e instalaciones para la lactancia o la extracción de leche.
“Al hacer que sea posible amamantar y trabajar, las sociedades funcionan. La lactancia materna ofrece a los niños beneficios nutricionales y de salud fundamentales con efectos positivos duraderos para toda la vida, y contribuye a mejorar la salud de las poblaciones –y de la fuerza de trabajo– para el futuro”, señala el organismo internacional.
En el caso de Chile, el 18 de abril de 2019, se promulgó la Ley N° 21.155, que establece medidas de protección de la lactancia materna y su ejercicio, instaurando el derecho preferente del hijo a ser amamantado directamente por su madre, salvo que por indicación médica o decisión de la madre se resuelva lo contrario y, en esta línea, el propósito de esta ley es “reconocer, promover y proteger el derecho a la lactancia materna como, asimismo, garantizar el ejercicio libre del amamantamiento de la madre a sus hijos”, al punto de disponer que “la madre tiene el derecho de amamantar libremente a sus hijos en cualquier lugar en que legítimamente transiten, no pudiendo exigírseles a las madres, en los recintos donde ejerzan este derecho tanto ocultamiento como imponerles un cobro por su ejercicio”.
Sin embargo, más allá de lo que establezca la ley, es importante que la sociedad comprenda el rol fundamental que tiene el acto de amamantar para el desarrollo socioemocional y el sistema inmune del menor, entre otros beneficios.
Natalie Flores, matrona de Clínica Imet, explica que el acto de amamantar es clave, entre otras cosas, para el desarrollo socioemocional y el sistema inmune del menor.
“La leche humana provee en forma balanceada los nutrientes necesarios para cada etapa del desarrollo, provisión de anticuerpos que los protegen de infecciones, protege la salud gastrointestinal, menor incidencia de alergias alimentarias, fortalece el sistema inmune, potencia el desarrollo bucodental, provee células madre que ayudan a la regeneración celular, y al estar en contacto piel a piel con su madre, potencia el desarrollo socioemocional al mejorar la respuesta al estrés, la seguridad personal y autoconfianza”, señala la profesional en entrevista con el Diario El Pingüino.
Agrega que cuando el lactante tiene sus necesidades primarias satisfechas (temperatura, saciedad y seguridad), puede disponer de sus energías para estar alerta al aprendizaje y exploración de ambiente.
“Estas condiciones son básicas para potenciar el desarrollo de habilidades, inteligencia y socialización con su entorno, generando, de esta forma, el impulso que necesita para el desarrollo sicomotor y del lenguaje”, cierra la matrona Natalie Flores.